Repavimentación de vías en Arauca: un trabajo de 24 horas
La Administración Municipal trabaja de día y de noche para hacer realidad las metas trazadas que propenden en progreso para la capital araucana. La repavimentación de la calle 23, entre carreras 19 y 20 así lo testifica.
Esta zona hace parte del corazón del municipio de Arauca, y para no causar mayores traumatismos en el tránsito de automóviles, motocicletas y bicicletas, las obras deben hacerse con la precisión de un cirujano en una operación de alto riesgo.
En este tramo se está construyendo la caja para la estructura de la vía, que debe tener unos 42 centímetros de profundidad, 7.3 metros de ancho y 69 metros de longitud. Pero con esta temporada invernal tan fuerte hay que aprovechar todas las horas de tiempo seco que haya.
Por esta razón iniciaron la excavación del terreno a las 8:30 de la noche con 2 retroexcavadoras, 2 volquetas sencillas, 17 trabajadores, 3 ingenieros de obra y 2 interventores. No se podían permitir el lujo de desaprovechar el clima, pues se corría el riesgo de que, si llovía, se empozara el agua y habría que esperar días enteros hasta que se secara.
No hubo descansos. Este clima inestable no lo permitía. Sin detenerse trabajaron mientras el resto de la comunidad dormía. Y así los encontró el sol al día siguiente, trabajando con el mismo afán que cuando la luna les hizo compañía.
En la mañana procedieron a descargar material para la vía. Pero con el tráfico en pleno sobre el sector se necesitó de organización para no afectarla tanto. Por esa razón, los periodos de descargue y adecuación no demoraron más de 10 minutos cada uno. Fue tal el éxito, que no hubo trancones.
Este es el día a día de muchos tramos de las vías en la capital araucana. Muchas horas extras, turnos dobles, organización y logística a prueba de todo, han sido fundamentales para poder entregar las vías arregladas en los plazos establecidos. Puede semejarse esta situación, con el clima siendo el malo de la película, a que la Administración lucha contra la corriente y capea todo tipo de temporales con tal de cumplirle a la comunidad, incomodándola lo menos posible, para que la capital araucana progrese al ritmo del resto del país.