Opinión

Arauca sitiada por la delincuencia



EDITORIAL

Traspasaron la línea, estas fueron las palabras de Monseñor Jaime Muñoz Pedroza, en la misa de desagravio que se llevó a cabo el pasado domingo,  por el robo y daños causados a la Catedral Santa Bárbara de Arauca. Los hechos nos dejan perplejos: robo a sede de SuperGiros, a Coldeportes Arauca, al Distribuidor de Bigcola, a la Casa del Aceite, a reconocidos locales comerciales y ciudadanos que son víctimas a diario de estas bandas delincuenciales, que en su mayoría están conformadas por menores de edad.

No importa la hora, ni el lugar, ni siquiera la cercanía a la estación de policía, pareciera que la ciudad entera estuviera siendo vulnerada por la delincuencia. Preocupa aún más la escaza presencia de la policía en determinados sectores, dando la sensación como si  tuvieran zonas vedadas dentro de la misma ciudad.

Cuestionamos la lentitud en la reacción de la autoridad policial ante los llamados de los ciudadanos. La estrategia de los cuadrantes, no está funcionando a la luz de estos hechos. Como entender la falta de reacción oportuna y la demora de más de diez minutos, al atraco de un establecimiento ubicado a solo dos cuadras de la Estación de Policía, cuando el hecho se presentó sobre las doce del día. Como entender la inoportuna reacción en el robo a Supergiros, o a la Catedral de Arauca, o a los locales comerciales en cercanías de la misma estación.

Es hora de revisar y replantear lo que está pasando. Alcalde y Policía Nacional deben fijar estrategias claras para combatir este flagelo que tiene azotados a los araucanos, y que los deja muy mal parados frente a una población que colabora con las instituciones. Acciones integrales, presencia en todo el municipio, mayores patrullajes y compromiso, reclamamos de las autoridades.


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